martes, 5 de noviembre de 2019

ESE UNIVERSO PARALELO

Mi amigo Apujirka es una persona de las que le gusta leer e investigar. Cuando está concentrado trabajando en sus informes, se pone sus audífonos de la princesa Leia (muy de moda) y se olvida del resto del universo. Necesita estar concentrado al máximo, necesita tranquilidad y paz interior. Mi esposa diría, que es como todos los hombres, que no podemos hacer dos cosas a la vez y debe ser cierto. Porque nosotros - los Machos Alpha - necesitamos hacer una cosa a la vez y nada más. Inclusive cuando vemos televisión no podemos mantener una amena conversación, para ello es necesario apagar la tele y prestar atención a aquella persona que te habla con desesperación.

Hace unos días, encontré en Facebook, un mensaje del finado Marco Aurelio Denegri, el mensaje decía lo siguiente:

“Existen tres clases de analfabetos:
- El que no sabe leer.
- El que no entiende lo que lee.
- El que lee estupideces”.

De hecho, Denegri era semejante personaje a quien daba gusto escuchar, sobre todo cuando corregía trabajos de viejos y nuevos escritores, poetizas, cartas que le escribían tratando de criticarlo, etc. Era motivante ver como destruía obras literarias mal escritas, o escritas en un lenguaje contradictorio. Luego era increíble cuando daba ejemplos de maestros escritores, leyendo párrafos de obras literarias pulcras, o extractos de poemas geniales, como por ejemplo de Octavio Paz (novel de literatura). Marco Aurelio era drástico, pero preciso y siempre muy objetivo.

Es importante ser un poco drástico, cuando – dando un ejemplo - existen personas que piensan que leer es una pérdida de tiempo. ¿Cómo luchar con semejante calibre de ignorancia? Ante ella sólo nos quedaría callar o ser como Denegri, drástico en la defensa de lo que sabemos correcto. Leer debe ser de los pocos “vicios” que te pueden hacer – como mínimo - crecer o elevarte.  

A los amigos que leen nuestro blog les recomiendo que compren libros, que descubran nuevos universos. Empiecen con los clásicos de la literatura y lentamente muévanse a una literatura más moderna. De pequeño mi madre nos leía “Las Mil y Una Noches”, la versión para niños, luego en la universidad leí la versión completa, bastante más colorida y detallada. También nos leía las tragedias griegas. Por ello cuando era niño Ulises, Aquiles y Hércules eran mis grandes super héroes (también el Spiderman). Años más tarde, tuve una operación del tabique nasal, que me dejó 14 días en el hospital. Por curiosidad volví a leer las tragedias y me di cuenta de que todos mis héroes habían tenido vidas y muertes espantosas y por eso se llamaban tragedias. Mi madre, en su afán de no dejarnos traumatizados, había cambiado las historias mientras leía, para que estas sean más rosas o digeribles. Me gustaría tener la imaginación de mi madre.

En la actualidad disfruto mucho la ciencia ficción. Siempre me ha gustado, pero ahora la aprecio en toda su dimensión. Sueño con la idea que algún día lleguemos a las estrellas y seamos – como dice el señor Elon Musk – una civilización espacial. Creo que sin la ciencia ficción, no hubiésemos llegado tan lejos en la invención de nuevas tecnologías. Cosas que ahora tomamos como normales – teléfonos celulares, flat screens, memorias SD, 4K, Smartwhatches, etc. – pocos años atrás, sólo aparecían en películas y libros de ciencia ficción. El hombre sueña con llegar a las estrellas y es un hecho que vamos para allá.

Mientras escribo este post, me encuentro metido en la selva lejos de la civilización y siento la energía del monte invadirme. Cuando tengo tiempo libre, me echo a leer el libro de ciencia ficción de turno y entre sueños espaciales, las ideas para que el proyecto funcione me visitan más a menudo. Tal vez no pueda construir esas naves espaciales que hacíamos con el PlayGo de mi primo Enzo, pero en mi cabeza sigo siendo ese piloto espacial que se perdía en los confines del universo (quien además de ser guapo tenía mucho sexo con chicas alienígenas).

Entonces queridos amigos lectores, vayan a la librería más cercana y busquen libros que les interesen, expandan sus horizontes mentales y trasciendan. Compren buenos libros, compren ediciones de pasta dura, abran las páginas y sientan el olor y el sonido de un libro nuevo. Déjense llevar por la línea de inicio de un buen libro y piérdanse entre historias de amor, miedo, locura, espacio o la que sea.

Saludos,

Tupaq



Pd: Aquí les dejo una entrevista a Frank Herbet, el escritor de DUNA, unos de mis libros de ciencia ficción favoritos.