"Un maestro reunió a sus alumnos para decidir quien seria su sucesor como guardián del templo. Formaron un semi-círculo alrededor de él en una sala amplia. El maestro habló:
- Los he reunido para que enfrente un desafío. Así, obtendré información suficiente para tomar una gran decisión que significará la continuidad o el fin de este templo. Por favor acérquense..
A continuación, puso frente a sus discípulos un antiguo jarrón con dibujos hermosos y de materiales muy fino, una excelente pieza digna de un palacio real. Los discípulos miraron asombrados el gran jarrón. A continuación el maestro dijo:
- Tenemos un grave problema en el templo. Está frente a ustedes. ¿Que hacemos?
Los discípulos se miraron unos a otros. Identificaron el problema, el jarrón. Observaron sus forma, sus dimensiones, las dos asas curvilíneas de oro puro, la base ancha, de reborde perfectamente pulido. Los decorados eran innumerables y describían un viejo cuento chino sobre una batalla. Cada soldado estaba ataviado con los ropajes característicos de la época. El paisaje desbordaba en realismo, cada árbol, cada piedra, cada montaña cada mirada. Contemplaron por minutos el majestuoso jarrón buscando que problema estaba ocasionando, donde estaba el catastrófico inconveniente.
De pronto, entre la multitud, un discípulo se abrió paso. Camino directo, hasta el jarrón, lo tomó por las asas y lo estrelló contra el piso.
Todos quedaron atónitos ante semejante acción. Entonces, la voz del maestro cortó el silencio:
- He tomado una decisión. Tú, aquél que ha destruido ese hermoso jarrón, serás el nuevo guardián del templo. Mi sucesor. He dicho"
¿Que ocurrió? ¿Porque eligieron al discípulo iconoclasta? Porque tomo una decisión y atacó directamente el problema. Porque logró vencer la parálisis por análisis.
Muchos piensan que la mayor dificultad ante un escenario adverso es identificar el problema. Se han desarrollado muchas metodologías para ello, sobretodo desde el lado de la seguridad, inocuidad alimentaria, medicina, economía, estudios sociales y muchos más. La identificación de los problemas ha sido y será una tarea primordial para cualquier actividad humana. Sin embargo, una vez identificado, a mi parece, inicia una etapa igual o más importante que la identificación del problema: el análisis. Entender el problema, sistematizarlo, comprenderlo, organizarlo, etc. Una etapa llena de metodologías, técnicas y procedimientos (académicos e intuitivos) para "entender" el problema. Una etapa en la que se invierte más del 50% de tiempo, dinero y energía. Y el 99% de nosotros se queda ahí.
Nos encanta estudiar problemas. Describirlos, sugerir escenarios y discutirlos. Es una costumbre hablar con amigos y familiares sobre nuestros problemas, con psicólogos y terapeutas, e incluso con desconocidos. Cuando un amigo comenta sobre un problema, todos aportan los suyos, cada uno más grave y más aparatoso que el otro. Pero no resolvemos. Quedamos obnubilados por los detalles del problema (como los discípulos) y nos olvidamos de que es un problema grave y que debe resolverse (la acción del futuro guardián del templo).
La priorización, producto del análisis de varios problemas, ayuda a definir cuales son más urgentes de resolución. Y una vez definido esto, se debe atacar el problema con resolución y firmeza.
Mi formación como científico improntó en mí una tendencia al análisis. Sobretodo en estos tiempos de "opinólogos", donde todos dan mil vueltas a los problemas y hablar con cualquier amigo se puede convertir en una perorata de críticas y quejas; sin resolverse problema alguno. No nos dejemos afectar por la parálisis por análisis. Enfoque. Resolvamos. De pequeño en pequeño, poco a poco, pero resolvamos. No se trata de dejar de lado el análisis, sino de no perder el objetivo de resolver el problema. Tal vez no encontraremos la cura al VIH o la paz mundial, pero si nos damos cuenta que levantarnos tarde es un problema, y cambiamos de hábito, practicándolo día a día hasta convertirlo en costumbre; estaremos dando un gran paso y tal vez, es muy probable, veamos otros cambios positivos.
Buena semana
Apujirka