Detrás del proyecto tengo a
varios ingenieros haciendo cola, un grupo importante de capataces, enfermeros, logísticos,
personal de recursos humanos, supervisores de seguridad y medioambiente – a
quienes por moda les dicen supervisores de excelencia operacional – y muchos
trabajadores especializados. Mi teléfono se llena de llamadas perdidas,
mensajes de voz no escuchados, mensajes de Whatsapp de trabajadores quienes me
piden que por favor les dé una oportunidad… y mi respuesta es siempre la misma “Un
poco de paciencia viejito, ya debe salir el proyecto, apenas salga te considero
en el equipo”. Obviamente no todos pueden estar.
Mucha gente, en este país en vías
de desarrollo, vive de los proyectos, aunque cada vez tenemos menos proyectos. Parece
que en el sector hidrocarburo nada mejora y en minería tampoco. El gaseoducto
del sur del Perú está muerto y sin señales de resurrección. Ya nadie hace
Estudios de Impacto Ambiental, al menos no esos estudios ambientales costosos
para operaciones aún más costosas. EL país está detenido y los profesionales
nos preguntamos ¿qué va a pasar ahora?
En un país con tanta necesidad de
crecimiento no es posible que no tengamos proyectos. En Perú todo está para ser
implementado o desarrollado. Sólo en medioambiente hay mucho por hacer, como,
por ejemplo: construir plantas de tratamiento de aguas residuales en todas las
ciudades importantes de costa, sierra y selva; mejorar la disposición de
residuos, principalmente de los peligrosos; mejorar parques y jardines y darle
a la población un ambiente adecuado. En Lima no tenemos ciclovías, hay
muchas personas que quieren movilizarse en bicicleta o scooters, pero no hay
por dónde, mejor dicho, no hay por dónde ir sin estar es riesgo de tener un
accidente. No hay un plan concreto para el mejoramiento del transporte público,
lo que hay son balazos al aire, construcción sin planificación, obras para
justificar gastos y la gente sigue jodida con una ciudad cada vez más
deteriorada.
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Hace poco me invitaron a un
condominio en la playa, donde los propietarios se movilizan en cuatrimoto, un
lujo. Siempre fui un muchacho y joven de barrio, en mi vida no había visto un
lugar tan bonito en Perú, me sentí como en otro país. Las calles estaban limpias,
cestos de basura en la playa, la arena limpia, todo muy organizado y en su
lugar. Realmente daba gusto. No creo que todos podamos tener ese nivel de vida
(no por ahora), pero al menos podemos ser limpios, mantener las calles sin
residuos y tener un servicio de recolección de residuos que funcione. Es demasiado
agradable vivir y transitar por un lugar limpio, inmediatamente el estrés se va
y las preocupaciones cambian de dimensión, sin querer te vuelves uno más del
medio y le juegas limpio al ambiente. Realmente hay tanto por hacer.
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Voy a seguir esperando a ver si
nos dan este proyecto tan peleado. Si nos lo dan, hago fiesta hasta las seis de
la mañana (me vacilo), voy a abrazar mucho a los amigos con quienes hemos hecho
y defendido nuestra propuesta, voy a llamar a esos soldados que me buscan
insistentemente para que les de trabajo y quienes además son buenas personas. También
llamaré a los profesionales que están en expectativa y les diré anda pégatela 😉
ya estamos adentro.
Tupaq
PD: Les dejo un video interesante sobre tratamiento de aguas residuales en Cuzco.
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