Mi maestro de Kung Fu, el Sifu Arturo Tza, siempre nos decía “Ante la duda, tu mayor esfuerzo” y luego continuaba con un cántico que iba más o menos así: “en el pasado era un clavo oxidado y retorcido, mientras mis hermanos en el taller de la vida eran armaduras relucientes… fue entonces que decidí convertirme en una espada al servicio de la humanidad”. Al principio no entendía muy bien lo que quería decir, porque no le prestaba atención y mi propósito era ser el nuevo Van Damme, así que sólo repetía el cántico en mi cabeza. Un día de repente se me prendió el foco, entrené mejor y con más fuerza, no llegué a ser un maestro en las artes marciales, pero logré que me salieran un par de acrobacias y unas patadas voladoras. Dime como le va a tu Kung Fu y yo te muestro el mío.
Voy a cumplir 50 años y de mi Kung Fu queda muy poco. Mis amigos cercanos saben que amo el Kung Fu y que considero que los chinos saben harto, no por nada son una cultura de más de 5000 años. Tienen paciencia y han sabido tomar buenas decisiones a lo largo de su historia, la cual parece que nunca va a terminar. Luego vuelvo a recordar a mi maestro diciendo “Todo va de mejor a peor y todo acaba”. El Sifu era un hombre sabio con algunas debilidades, pero ninguna física. Es complicado ser maestro, porque muchos ojos te miran y juzgan.
Por lo tanto, al presente sigo llevando las palabras del Sifu conmigo. Ante la duda el mayor esfuerzo. En estos años siendo padre he tratado de pasar ese mensaje a mis hijos. Es reconfortante saber que diste tu mayor esfuerzo, sin importar el resultado. Por supuesto que todas las veces queremos salir vencedores, pero la vida no es así, la mayoría de las veces vas a perder, pero es tu capacidad de resistir la pelea y seguir de pie, la que te convierte en esa armadura reluciente al servicio de la humanidad. Los segundos que transcurren cuando estás echado no cuentan, es como vivir en limbo, o estar en estado inconsciente, luego sacudes la cabeza y de nuevo al ruedo con los puños en alto. Un round más señor lobo.
Por supuesto, es mucho más sencillo cuando algo te gusta, por eso es tan bueno encontrar tu pasión. A mi hijo Rodri por ejemplo le encanta el fútbol aunque a veces juega sin ganas, cuando eso pasa le digo: “si vas a jugar sin ganas no lo hagas y no me hagas perder mi tiempo”. Puede sonar un poco duro, pero en un mundo que te da premios sin haberle ganado a nadie, es importante que de vez en cuando seas duro con los que amas. No existen los atajos, los caminos cortos te llevan a destinos aún más cortos. Lo que más te cuesta, por lo general, es aquello que te da mayor satisfacción. La felicidad a largo plazo se construye ladrillo por ladrillo, exactamente cómo se construye un hogar.
Aun planificando el trabajo o próximas acciones, siempre vas a tener en algún momento que tomar una decisión sobre algo no planificado. En estas oportunidades repite en tu cabeza “Ante la duda, mi mayor esfuerzo” y lánzate sobre lo que hayas decidido como toda la fuerza del cosmos (mismo Pegaso). Ese es el regalo que me dió mi maestro y el que ahora quería compartirles. ALMA FUERTE, SHUAN FA.
Tupaq
PD: les dejo la última escena de la película IPMAN 4, aunque es una pelea manejada, de todas maneras es hermoso el Kung Fu.
https://youtu.be/HlmLS8ZBVvc?si=gzP-jdcLJfSwB3z9
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