miércoles, 28 de diciembre de 2016

EL ENEMIGO DE LA VIDA Y DEL AMBIENTE

La Segunda Guerra Mundial acabó con la vida de más de cincuenta millones de personas, la mayoría de ellos Rusos, principalmente por su estrategia de combate. ¿Por qué ocurrió la Segunda Guerra Mundial?  Entre otras razones por el control mundial. Me hubiese gustado – y seguro que a muchos – que en lugar de tanto inocente que murió, la guerra se hubiese solucionado haciendo pelear a los políticos, quienes son los que realmente fallan. Pero la Gran Guerra no sólo dejó muertos, sino acabó con el patrimonio histórico de muchas ciudades, destruyó paisajes, se contaminaron vastos terrenos naturales, etc.

Tengo amigos en BTU- Cottbus (La universidad de Brandenburgo en Alemania), que todavía investigan remediación de suelos contaminados con TNT, producto de la Segunda Guerra Mundial. Imagino que luego de tantos años los niveles de TNT son bajos, pero no lo suficiente para ser considerados como contaminación.

No es necesario hablar mucho de Hiroshima y Nagasaki, donde la bomba atómica devastó las dos ciudades y varias generaciones posteriores, de seres humanos, aun presentaban daños a causa de la radiación libreada por la bomba.

El Agente Naranja usado en la Guerra con Vietnam, por el ejército americano, un herbicida que era aplicado para acabar con la vegetación y así ubicar fácilmente a las tropas del Vietcon. Las zonas rociadas con este químico, las cuales originalmente habían sido bosques tropicales, quedaron como terrenos eriazos por decadas. No solo eso, el agente naranja afectó a varias generaciones de personas que habían sido expuestas al mismo, presentado individuos con severas deformaciones en su desarrollo.

Albert Einstein dijo alguna vez “I know not with what weapons World War III will be fought, but World War IV will be fought with sticks and stones” – “No sé con qué armas vamos a luchar la Tercera Guerra Mundial, pero la Cuarta será con palos y piedras”. Es evidente que los países en general, cuentan con el poder bélico para acabar con la vida en el planeta, es lamentable pero a ello llamamos desarrollo. Aún tenemos tanto miedo de nosotros mismos, que debemos armarnos hasta los dientes. Seguramente estamos en lo correcto al hacerlo, pues no somos seres confiables.

Algunos poco informados dirán “Tupaq, esas guerras están en el pasado, esta es la época del Whatsapp, del Facebook, del twitter, de las caritas felices y las palabras de motivación” cierto pero no cierto. Agarren su Facebook o Google y busquen noticias del problema en Siria, un poco más adelante, sobre sus causas. Investiguen un poco por qué está pasando toda esa desgracia. Porqué países poderosos, con grandes líderes, generan tanto terror sobre civiles, ¿Es necesario que esto suceda? Cuando veo el problema en Siria recuerdo esta triste imagen:


Luego siento vergüenza de ser un ser humano y tener la habilidad de causar tanto daño. Hay algo que seguramente colocaron mal cuando nos hicieron. Tenemos la capacidad de hacer las cosas más hermosas, como ningún ser en la creación, pero nos encanta el dolor, la violencia, el poder y la destrucción. Somos algo muy parecido al ángel de la muerte, quien en adición es uno de los cuatro jinetes del apocalipsis.

Pero el sufrimiento de niños y personas es una cosa, la destrucción del patrimonio mundial otra, la perdida de ecosistemas, la contaminación de fuentes de agua y más mucho más. Nada escapa del poder de los grandes líderes de la humanidad. Alepo, que era una ciudad hermosa, una joya en oriente ha quedado hecha tierra y cenizas. Les dejo un link muy ilustrativo al respecto:

¿Qué podemos hacer nosotros? Muy poco si así lo creen. Pero por más pequeño que sean nuestras acciones, alcemos nuestra voz de protesta. Compartamos en Facebook nuestra posición en contra de este conflicto y contra cualquier otro. Firmemos compromisos en páginas de apoyo a los damnificados. Escribamos en nuestros blogs, contémosle a amigos que saben poco al respecto. Dejemos de ser indolentes ante el sufrimiento de seres humanos y la destrucción de nuestro mundo. Por más que ellos estén lejos y pensemos que no tienen mucho que ver con nosotros… me gustaría que alguien piense en mí si estuviese del otro lado. Amén.

Saludos,

Tupaq


PD: comparto el link de un video donde, una presentadora Israelí, explica el horror de la Guerra en Siria.
https://www.facebook.com/Magnet/videos/1362768707116511/
Y también les dejo el video del niño Sirio. 




LA HISTORIA DE LA HORMIGA

Creo que a la mayoría de nosotros, algún alma caritativa nos ha compartido, la historia de la hormiguita. Para los que nunca la hayan leído, la historia (más o menos) va de la siguiente manera: Había una vez hormiga que trabajaba feliz, pero un día singular a su Jefe, con el fin de mejorar los rendimientos, se le ocurre contratar un Gerente de Operaciones. Este nuevo Gerente le pone (a la hormiga) un horario fijo de trabajo, le da objetivos, le presenta una serie de Indicadores de performance, que a la hormiga más le parecían chino mandarín. Luego de poco tiempo (y como era de esperarlo), la hormiga pasa de estar feliz a ser una hormiga estresada. Al preocupado jefe no se le ocurre mejor idea, que contratar un Gerente de Recursos Humanos, quien luego de una serie de evaluaciones decide que la hormiga necesita: un retiro espiritual, consejería psicológica, algo de ejercicio físico antes de la jornada de trabajo y un programa especial de capacitaciones, para desarrollar sus competencias laborales. Nuestra hormiga, como todo buen trabajador, debía cumplir además – de manera extra curricular – con su programa de capacitaciones y demás ocurrencias del Gerente de RRHH. El jefe percibe un problema latente, así que crea la corporación y contrata a una mesa de directores, quienes dirigirán de manera “más eficiente” del trabajo de la hormiga. Luego de años de ser explotada – y de ser la única que trabaja – la hormiga se jubila, para percibir el salario mínimo vital hasta el fin de sus días. Ojo, inicialmente la hormiga era feliz.

A veces parece que nosotros estamos en la situación de la hormiga y luchamos por ocupar un puesto más interesante, muchos con la finalidad de trabajar menos. Pero yendo un poco más allá, no se trata de que los jefes no trabajen, sino que hay personas que hacen las cosas y otras que sólo hablan, o que se enfrascan tanto en las normas que no avanzan ni un centímetro de lo que deben hacer. Lo incongruente de esta historia es que necesitamos más hormigas, necesitamos de esa gente de acción, quienes son vitales para el funcionamiento de las organizaciones y de los países. Necesitamos esas personas fuertes que mueven la maquinaria y hacen que el carro avance, necesitamos los motores para funcionar.

En el camino laboral, vamos a encontrar tres tipos de trabajadores, el Burócrata – que todo lo quiere arreglar con el bla bla bla y confundiendo -, el Demagogo – que se conoce todas las leyes, normas y demás de pies a cabeza y siempre se escuda en no hacer nada porque no está en el procedimiento – y finalmente la hormiga – quien por lo general no habla mucho, pero hace mucho, deja que los demás se queden en la discusión y pone manos a la obra para solucionar problemas o sencillamente para producir más. La hormiga es a quien quiero tener en mi grupo de amigos... por supuesto.  
En países desarrollados la hormiga es actor fundamental y recibe una parte importante del pastel. Tanto el Demagogo y el Burócrata buscan apoderarse del negocio (porque esa es su naturaleza), y se quedan también con su parte, porque hay para todos. En países como el nuestro – en vías de desarrollo desde tiempos anti diluviales – los que se llevan la mayor parte del pastel son los segundos, quienes hablan y hablan, discuten y discuten y pocas veces (o nunca) llegan a la costa. Luego aparece el sector de la población que se queja y se queja, pero el Statu Quo se mantiene. El sistema queda perfectamente planteado para el beneficio de una minoría y las hormigas se comen los restos del pastel que caen de la mesa. Aun así, hacer las cosas con perfil bajo y por un bien común, es muy gratificante tanto allá como acá.

Por ello les sugiero que hagamos una pausa en nuestro quehacer diario, miraremos al espejo y preguntemos a nuestra imagen ¿y yo cual soy? Es muy probable que la mayoría seamos hormigas. Salimos temprano a trabajar, nos sacamos la mierda todo el día, creamos empresa o creamos productos y ofrecemos buenos servicios y regresamos luego a casa a compartir el pan con nuestras familias. Sentimos que no ganamos mucho, pero sí que hacemos mucho. Los impuestos nos pegan duro, más que a las grandes empresas y nuestro dinero mantiene la maquinaria del estado y a toda esa bola de funcionarios, hombres de traje y corbata, oportunistas, nuevos ricos, lobistas y gente que con una sonrisa falsa, se beneficia del sudor de nuestras frentes.

Por mi parte, agradezco ser una hormiga y poder crear. Sentarme al otro lado de sus PCs y tener un monologo con ustedes. Agradezco ser una hormiga y que las cosas me cuesten, porque así todo es más sabroso. Agradezco ser una hormiga, haber salido de la cantera y tener la posibilidad de escalar. Agradezco ser hormiga y tener amigos sinceros, que evidentemente no me buscan por mi riqueza, ni por mis cuentas en el Gran Caiman, o mi Porshe Cayene (que además no me gusta, en serio). Agradezco ser una hormiga y conocer a gente maravillosa, que lucha a diario por sus ideales y sus sueños, no es que sólo las hormigas tengan sueños, pero sí que sus sueños tienen un peso y un propósito mayores.
Saludos,

Tupaq


PD: Les dejo un video TED de un gran maestro Tony Robbins “Porqué hacemos lo que hacemos”. 


lunes, 5 de diciembre de 2016

MI CUERPO MI TEMPLO

A los veinticinco años, en pleno entrenamiento de Kung Fu y siendo capaz de hacer medios mortales y patadas voladoras, prometí nunca dejarme crecer la barriga…  promesa que en algún momento y por alguna razón dejé en el olvido (como pasa con muchas).  Al presente, en mi cuarta década de existencia, bajar de peso se ha convertido en una hazaña heroica y es que entre compromisos familiares, almuerzos de trabajo, jueves de patas, matinés de los chicos, cajas chinas, 2X1 en pizzas, hamburguesas Angus y la recatafila de comida chatarra  que hemos inventado, parece inalcanzable lograr estar fit.

No obstante, el profesional de hoy (y líder), debe dar el ejemplo y no hay mejor ejemplo que mostrar un cuerpo saludable y en forma. Obviamente, no es necesario quedar igual que una figura de acción o ser un chico reality; pero hacer que la ropa quede como debe ser en el cuerpo y por encima de ello, que nos sintamos bien con nosotros mismos, es lo más recomendable.

https://www.tumblr.com/search/cuerpo%20saludable

En Coaching, los profesores siempre se van a referir al cuerpo como tu templo, si tu templo no está bien entonces tú no estás bien. Mi madre (quien no es una líder Coach), me decía “Mente Sana en Cuerpo Sano”. Lo decía en un latín masticado, pero yo no sé latín así que por eso les dejo la traducción. Cuando era adolescente mi madre me hacía dar vueltas a la manzana para tener mejorar mi físico, yo odiaba correr (ya no más) y cuando llegaba a la puerta de la casa y le pedía que me dejara entrar me decía “¡no estás cansado, date otra vuelta!”. Mi madre lo hacía porque siendo un chico aplicado, el curso con la nota más baja era Educación Física.  A los 13 años era un muchacho desgarbado, bracilargo y patilargo, feucho y lleno se acné como lo hemos sido la mayoría.

Casi en el mismo tiempo,  acompañaba ocasionalmente a mi papá a correr al Campo de Marte, él corría y yo iba a pasearme en bicicleta. Posteriormente, a los 17 años, siendo estudiante universitario mi madre me compró una bicicleta montañera y mi vida cambió. Lo hacía todo en bicicleta y hasta saqué un cuasi sixpack, ahora era un famélico con sixpack que chévere. Luego vinieron las artes marciales, quería ser Van Damme, Jackie Chan, Jet Li. Era un tiempo hermoso donde  las películas de acción y artes marciales florecieron. El cine Kung Fu de los Sábados por Canal 2 era la locura; “El Retorno de la Hiena Indomable”, “El Maestro Borrachón”,  “Erase una vez en China”, me quedaba mirando embobado a chinos atrapando cuchillos en el aire y bloqueando puñetes con la cabeza. Ahora que las Artes Marciales han quedado un poco olvidadas, recuerdo con nostalgia a mi promo del Kung Fu y a mi maestro, fue un tiempo de Puta Madre.

https://goo.gl/images/sRXEmt

Siendo ya adulto empecé a ir al gimnasio con mi amigo Coco, antes no me había gustado “levantar pesas”, pero Jorge es un excelente profesional del deporte y las personas que tienen pasión por lo que hacen te contagian. Así que desde hace más de nueve años voy al Gimnasio y me gusta. El gimnasio me la llevado a equilibrar mi vida, a pasar momentos tristes y superarlos. A veces no he sido constante, pero tarde o temprano siempre regreso a sudar la gota gorda. Hoy puedo afirmar que todas las disciplinas necesitan un poco de musculación. La musculación hace músculos más fuertes y huesos más duros y si eres constante y disciplinado, es lo mejor para bajar de peso en armonía.

Imagino que cada persona debe encontrar el deporte que más le guste o más se le acomode. Mi mejor recomendación es que efectivamente lo hagan. No hay mejor vida que una donde tu cuerpo esté sano, ágil y activo. En mi caso, han sido las artes marciales y el gimnasio lo que ha movido mi aguja. Tengo muchos amigos que adoran el futbol (pasión de multitudes), otros la natación, mi amigo Santi es casi Michael Jordan (en su cabeza), el Coco ahora escala montañas, a mi adorada esposa le gusta el vóley. El deporte suma mucho a nuestras vidas, nos da la oportunidad de compartir con otros y lo más importante es que nos hace orgullosos de nosotros mismos. Así que a llevar una vida sana y así como dicen los profesores de Coaching, que nuestro cuerpo sea nuestro templo.

Saludos,


Tupaq

Pd: les dejo un video de las mejores escenas de Kung Fu de una de mis películas favoritas. Gracias por los comentarios.