A los veinticinco años, en pleno
entrenamiento de Kung Fu y siendo capaz de hacer medios mortales y patadas
voladoras, prometí nunca dejarme crecer la barriga… promesa que en algún momento y por alguna
razón dejé en el olvido (como pasa con muchas).
Al presente, en mi cuarta década de existencia, bajar de peso se ha
convertido en una hazaña heroica y es que entre compromisos familiares,
almuerzos de trabajo, jueves de patas, matinés de los chicos, cajas chinas, 2X1
en pizzas, hamburguesas Angus y la recatafila de comida chatarra que hemos inventado, parece inalcanzable
lograr estar fit.
No obstante, el profesional de
hoy (y líder), debe dar el ejemplo y no hay mejor ejemplo que mostrar un cuerpo
saludable y en forma. Obviamente, no es necesario quedar igual que una figura de
acción o ser un chico reality; pero hacer que la ropa quede como debe ser en el
cuerpo y por encima de ello, que nos sintamos bien con nosotros mismos, es lo
más recomendable.
https://www.tumblr.com/search/cuerpo%20saludable
En Coaching, los profesores
siempre se van a referir al cuerpo como tu templo, si tu templo no está bien
entonces tú no estás bien. Mi madre (quien no es una líder Coach), me decía
“Mente Sana en Cuerpo Sano”. Lo decía en un latín masticado, pero yo no sé
latín así que por eso les dejo la traducción. Cuando era adolescente mi madre
me hacía dar vueltas a la manzana para tener mejorar mi físico, yo odiaba
correr (ya no más) y cuando llegaba a la puerta de la casa y le pedía que me
dejara entrar me decía “¡no estás cansado, date otra vuelta!”. Mi madre lo
hacía porque siendo un chico aplicado, el curso con la nota más baja era Educación
Física. A los 13 años era un muchacho
desgarbado, bracilargo y patilargo, feucho y lleno se acné como lo hemos sido
la mayoría.
Casi en el mismo tiempo, acompañaba ocasionalmente a mi papá a correr
al Campo de Marte, él corría y yo iba a pasearme en bicicleta. Posteriormente,
a los 17 años, siendo estudiante universitario mi madre me compró una bicicleta
montañera y mi vida cambió. Lo hacía todo en bicicleta y hasta saqué un cuasi
sixpack, ahora era un famélico con sixpack que chévere. Luego vinieron las
artes marciales, quería ser Van Damme, Jackie Chan, Jet Li. Era un tiempo
hermoso donde las películas de acción y
artes marciales florecieron. El cine Kung Fu de los Sábados por Canal 2 era la
locura; “El Retorno de la Hiena Indomable”, “El Maestro Borrachón”, “Erase una vez en China”, me quedaba mirando
embobado a chinos atrapando cuchillos en el aire y bloqueando puñetes con la
cabeza. Ahora que las Artes Marciales han quedado un poco olvidadas, recuerdo
con nostalgia a mi promo del Kung Fu y a mi maestro, fue un tiempo de Puta Madre.
https://goo.gl/images/sRXEmt
Siendo ya adulto empecé a ir al
gimnasio con mi amigo Coco, antes no me había gustado “levantar pesas”, pero
Jorge es un excelente profesional del deporte y las personas que tienen pasión
por lo que hacen te contagian. Así que desde hace más de nueve años voy al
Gimnasio y me gusta. El gimnasio me la llevado a equilibrar mi vida, a pasar
momentos tristes y superarlos. A veces no he sido constante, pero tarde o
temprano siempre regreso a sudar la gota gorda. Hoy puedo afirmar que todas las
disciplinas necesitan un poco de musculación. La musculación hace músculos más
fuertes y huesos más duros y si eres constante y disciplinado, es lo mejor para
bajar de peso en armonía.
Imagino que cada persona debe
encontrar el deporte que más le guste o más se le acomode. Mi mejor recomendación
es que efectivamente lo hagan. No hay mejor vida que una donde tu cuerpo esté
sano, ágil y activo. En mi caso, han sido las artes marciales y el gimnasio lo
que ha movido mi aguja. Tengo muchos amigos que adoran el futbol (pasión de
multitudes), otros la natación, mi amigo Santi es casi Michael Jordan (en su
cabeza), el Coco ahora escala montañas, a mi adorada esposa le gusta el vóley. El
deporte suma mucho a nuestras vidas, nos da la oportunidad de compartir con
otros y lo más importante es que nos hace orgullosos de nosotros mismos. Así
que a llevar una vida sana y así como dicen los profesores de Coaching, que
nuestro cuerpo sea nuestro templo.
Saludos,
Tupaq
Pd: les dejo un video de las mejores escenas de Kung Fu de una de mis películas favoritas. Gracias por los comentarios.
Yo recuerdo que aproximadamente hace como 24 años atrás alguien me hablo que dentro de todo bien hay un punto del mal. Y en todo mal siempre hay un punto del bien...
ResponderBorrarY la vida te enseña que todo se encadena o concatena.
Yo conocí a una persona que me hablo de ello cuando tan sólo tenía 15 años, por cosas del destino a través de un amigo que ahora se encuentra en el cielo, conocí a un flaco y pelucón aprendiz en las artes marciales. Y si bien pratique por casi más de 2 años este arte nunca olvidaré que era un convencido de que haciendo deporte me había vuelto más ágil en mente y cuerpo.
Es nostálgico recordar esas épocas pero es más gratificante que lo vivido a esa edad, uno nunca se olvida. Los años maravillosos...