domingo, 19 de marzo de 2017

LA ENSEÑANZA DE VIZA

El señor VIZA es un hombre muy formal y pulcro, ejecuta lo que le indicas como un sargento bien entrenado y pone siempre su mayor empeño. Su gente – el personal a su cargo, quienes lo conocen y lo respetan – sigue sus instrucciones sin argumentos. VIZA es un excelente capataz y también una buena persona. No he tenido el gusto de conocer a su familia, pero su trabajo y su buena actitud son su mejor carta de presentación. Él es, como muchos de nosotros, una persona que lleva años rompiéndose la espalda en el monte.

Hace unos días, me encontraba cambiándome después de un merecido duchazo. Estaba muy cansado, porque había estado todo el día ideando como avanzar el campamento volante y la operación, además había hecho inspecciones con los supervisores y discutido “entretenidamente” con mi jefe. Como es normal, extrañaba a mi familia y como estaba lejos como para solucionar riñas cotidianas, una llamada telefónica sorpresiva también me había descargado mis baterías – tenía todas las excusas perfectas y ordenadas – así que me puse las medias y luego miré mis zapatillas futboleras llenas de lodo – no juego futbol, pero tengo zapatillas futboleras, pasa hasta en las mejores familias –. Estaba cansado para ir a la quebrada y limpiar mis zapatillas - “igual se van a ensuciar”, pensé – fue en se momento que se me acercó VIZA, vio mis zapatillas, vi sus botas perfectamente limpias que cargaba en sus manos y sus zapatillas brillantes, que llevaba puestas. Así que tratando de defenderme le dije “bueno VIZA igual se van a embarrar” y me contestó “si ingeniero y también se pueden volver a limpiar”. Lo que sentí en ese momento fue algo muy parecido a lo que sentía cuando mi profesor de matemáticas me preguntaba algo sencillo, pero que no había estudiado. Viejo y me siguen dando lecciones… csm.

Robert Stephenson Smith Baden-Powell, el famoso y ahora un poco olvidado creador del Escultismo (movimiento Scout mundial), escritor de “Escultismo para Muchachos – uno de los mejores libros para adolescentes del mundo – decía que al hombre se le conoce por como tiene sus zapatos. Cuando miro las botas pulcras de VIZA sé que es una persona confiable, a quien le voy a dar siempre tareas difíciles y siempre voy a tener resultados correctos, en el tiempo acordado. Aprendí esta sencilla lección de Banden-Powell gracias a mi madre, luego de mis jefes en el movimiento SCOUT (Breña 139), luego de mi abuelo que paraba con los zapatos limpísimos y años más tarde y varios kilos demás, del buen VIZA. Parece que la gente se sigue preocupando porque me haga un hombre de bien… que bueno.

En un mundo de zapatillas Converse, o zapatos Bata, o zapatillas tigre, o botas de jebe con punta de acero, o de las deseadas Nike, Adidas y Puma; es importante recordar que a la persona se le conoce por como tiene sus zapatos. Date un momento para mirar hacia abajo y tener respeto por lo que calzas, por lo que significa que tengas los zapatos puestos y limpios, por todo lo que le ha costado a la historia que tengas los pies protegidos y en orden. Todas las cosas sencillas, que tienen un significado profundo, son las que valen… lo demás es perfectamente desechable.

Ahora, siguiendo las sabias enseñanzas, paro en el campamento con mis botas limpias y mis zapatillas futboleras negritas. Espero que haya sido la última vez que alguien me de esta lección. Pero también espero que si me olvido, si en algún momento siento pereza por no haber dormido bien, haber tenido que preparar muchos reportes, o haber estado resolviendo problemas cotidianos; alguien bueno me haga recordar que arroje la pereza al río y que limpie mis zapatos…muchas gracias VIZA, muchas gracias mamá y finalmente, muchas gracias Robert Banden-Powel, por hacer mi adolescencia muy interesante.


Tupaq

Pd: Les dejo la primera parte de "Escultismo para Muchachos". No dejemos que las buenas enseñanzas mueran. Al menos no en nuestra guardia. Agradezco que compartan y comenten. 


2 comentarios:

  1. Mi abuelo George era un tipaso, siempre preocupado por estar bien presentado y los zapatos todos los días bien lustrados y era mecánico.

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  2. Recuerdo que en mi etapa escolar, llevaba en el bolsillo más pequeño de mi mochila, un retazo de franela para así poder quitarle el polvo de mi zapato que se pudo haber posado en la ruta casa-colegio. Esta franela fue reemplazada por una pequeña escobilla de lustrar en los últimos 4 años de dicha etapa. Quién no recuerda esa frase materna...."tus zapatos deben de estar como un espejo..."

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