Nadie va a negar que “La Lista de
Schindler” ha sido una de las mejores películas hechas por Hollywood. Muy a
pesar de que no sea históricamente correcta, esta película nos muestra una cara
muy positiva de la humanidad en un momento de terror, nos enseña sobre la
compasión y la esperanza. Los que la han visto saben de lo que hablo y seguro
recuerdan cuando Schindler llora cogiendo su anillo y dice “pude haber salvado
a cuatro más…” refiriéndose a los judíos que había “protegido” durante la
guerra en las instalaciones de su fábrica.
Hoy me desperté pensando en ello
“puedo salvar a uno más”. Hace dos semanas murió el papá de mi amigo Superman,
quien era además quien proveía el principal sustento de su familia. Su papá
había sucumbido por un cáncer que lo tenía postrado varios meses en cama. Su
madre no trabaja y su hermano acaba de completar la universidad. Por supuesto
mi amigo no tiene trabajo, lo acaba de perder porque no fue un trabajador
eficiente. Luego vuelvo a recordar la frase de Schindler “puedo salvar a uno
más”, así que si tengo la oportunidad veré como salvar a Superman.
En este momento, cuando el
mercado está movido, el presidente es un paracaidista de mierda y la selección
peruana regresa de Rusia sin pena ni gloria (no me odien por decir las cosas
como son), lo que se percibe en el ambiente laboral es una gran desazón. Las
empresas no crecen, cada vez tenemos menos empleos, hay mucha gente en la calle
pateando latas, otros tantos inventando que hacer y muchos migrantes del
hermano país de Venezuela en busca del sueño de una “mejor vida”. Entonces lo
que queda por hacer, es precisamente salvar a los que podamos.
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Huayta se me acerca y me dice “Ingeniero,
porque se ha olvidado de mi” y la respuesta inmediata es “no me he olvidado de
ti…tienes empleo”. Huayta es uno de los salvados luego de cometer errores, es
uno de los que el tiempo no ha borrado del mapa. Por eso ahora calla y es más
prudente. Minutos después de nuestra primera conversación añado “no hay mucho
empleo en el mercado Huayta, debemos ser agradecidos con lo que tenemos, porque
además es bueno”. Estoy seguro de que me quiere responder, pero por el
contrario se queda callado y pensativo.
Yuri me llama al celular desde
Tarapoto “ingeniero, tengo un primo que quiere trabajar, por favor ingeniero si
hay una vacante…” no lo dejo acabar y le digo “no se puede Yuri, preocúpate por
tu trabajo y por el de tus compañeros, ahora no tenemos más puestos y estoy
buscando que todos sigamos ocupados”. Yuri siempre ha sido peleón, pero ahora
entiende y calla. Hay muchos que están en la cola esperando, pero no todos
pueden entrar en la lista.
Arce perdió la vista cuando era
adulto, luego de eso ha sido autoridad en una comunidad del Marañón y
representante de una Federación. Hace poco me llamó para pedirme trabajo para
el esposo de su hija “es un buen muchacho ingeniero, ayúdelo”. Luego me ha
llamado varias veces a pesar de que le he dicho que el proyecto todavía no inicia
y debe ser paciente. Luego me ha llamado su hija por lo mismo e insistí en que
sean pacientes. Entiendo que cuando debes pagar las cuentas y conseguir los
alimentos la paciencia es lo primero que desaparece.
El Sr. Ángel tiene cuatro meses
trabajando con nosotros, es un tipo que sabe hacer de todo y sabe recursearse. Ángel
insistió en varias ocasiones antes de empezar a trabajar, la lista lo estaba
esperando. Luego de cuatro meses me acerco y le digo “seguimos con trabajo Ángel…
hombre de poca fe” me responde con una sonrisa de agradecimiento.
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Recibo llamadas casi a diario de
gente que quiere trabajar en los proyectos. Lamentablemente no todos pueden
entrar, pero a todos los que entran les digo “no te he contratado porque me
caes bien y si quieres dejarme bien, trabaja bien, con tu trabajo me pagas”. En
la mayoría de los casos resulta y dan lo mejor de sí. Los que no lo hacen pasan
al olvido y desaparecen, por lo menos desaparecen de nuestros proyectos sin retorno.
Cuando hagas tu lista es importante
que sepas a quien salvas, quien se lo merece y quien no. Es importante que
hagas el seguimiento y que sepas mover las piezas más importantes. También es
importante que seas capaz de tomar decisiones radicales. Esto no se trata de una
película de Hollywood, o de historias mal contadas, sino de vidas que transcurren
en el presente y que esperan de su jefe las decisiones más correctas.
Saludos,
TUPAQ
Pd: a quien no la haya visto les recomiendo ver la "Lista de Schindler" por cultura general. De todas maneras aquí les dejo la parte final de la película.
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