martes, 19 de junio de 2018

LA MODA Y LA RESTAURACIÓN AMBIENTAL


Hace diez años escuché, del que era mi jefe en esos días, el término “Restauración Ambiental” (Restauración Ecológica). Mi ex jefe lo ponía como una técnica que involucraba muchas variables y que era algo demasiado complejo de realizar para nuestro pobre y vulgar entendimiento de Supervisores Ambientales de tercera. Así que mi espíritu aventurero, observador y cholo terco decidió adentrarse en la complejidad de la Restauración Ambiental, e indagar entre las pocas fuentes especializadas del momento. Por supuesto, mi primera opción fue Wikipedia, luego una página web de un curso de restauración ambiental que se dictaba de España al Mundo. Luego el extenso WWW, de donde saque un par de datos interesantes. Después conocí a un aficionado en la restauración ambiental, quien de manera ansiosa y excitada me dijo que la Restauración Ambiental estaba en “boga” y que era algo muy bacán.

En términos sencillos, la Restauración Ambiental se trata de recuperar el normal funcionamiento del Ecosistema. Esto incluye recuperar la complejidad de sus procesos, las interacciones entre los seres vivos y su equilibrio. Para un biólogo egresado de la prestigiosa Universidad Nacional Agraria, la Restauración Ambiental es como hacerles sentir un orgasmo al cuadrado. Para un ingeniero civil de la UNI, sería más parecido a la interpretación ortográfica del WHATSAPP del sonido onomatopéyico Mmmmmfffff; y para este vulgar servidor privado, la Restauración Ambiental es algo que hay que tomar con paciencia y buen humor.

Restaurar el ambiente no sólo requiere de mucho trabajo físico – del cual nunca nos vamos a salvar si queremos hacer las cosas bien – sino también de entender profundamente los procesos biológicos que ocurren en la naturaleza, de conocer a las especies que habitan un ecosistema y poner cada cosa en su lugar. Suena sencillo, pero el número de interacciones que existen en un ecosistema pueden ser de varios miles, así que no es nada sencillo de realizar. No obstante, la naturaleza se fundamenta en la entropía, en el desorden, por ello no debemos esforzarnos tanto en dejar todo bien organizado. Lo principal es iniciar el proceso mediante el orden de los factores determinantes... aunque suene repetido, la naturaleza se encargará del resto, apoyada en nuestro delicado seguimiento.

Puede leerse como que estoy cagando al revés, pero no es así. Todo desorden inicia en un orden que se va perdiendo o modificando con el tiempo. La Naturaleza y los ecosistemas funcionan de esa manera, inician en un todo organizado, se desordenan y luego llegan al equilibrio el cual también es un orden. Después el ciclo de repite y se perpetúa. Orden y desorden conviven en el cosmos y en todas las cosas del mundo.

Les ruego a mis amigos muy devotos y católicos que se abstengan de hacer comentarios sobre Dios, el Edén y Adán y Eva. Para que se sientan más tranquilos les confieso que creo en Dios. Creo, además, que creer en él es una decisión personal, un salto de fe, más nunca algo que podamos demostrar con la ciencia que poseemos. Creer en Dios es también creer en el orden y desorden de las cosas, en el inicio y el fin y en el ciclo interminable de la vida. Aunque nuevamente les afirmo que es una decisión y no debe ser forzada porque que no te hace ni más, ni menos inteligente que el resto.

Luego de haberme salido un poco del tema y haber divagado entre las constelaciones y el desorden, quiero concluir sobre la Restauración Ambiental como un hecho legal. Es evidente que para estar ordenados necesitamos las normas, los ECAs, las guías, los procedimientos, etc. Sin embargo, para decidir por conservar nuestros ambientes, primero hagamos esos conceptos profundamente nuestros, decidamos iniciar ordenando las cosas de adentro hacia afuera.

Saludos,

TUPAQ


Pd: les dejo un video interesante sobre Conservación y Restauración Ambiental (Ecológica).


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