El ambientalista mira su computadora, no ha avanzado nada este día, pero
todavía le falta un mes para cerrar el informe. Se mira las uñas, las tiene un
poco largas y sucias, saca un cortaúñas y se pierde en la labor de aseo
personal. Media hora después le toca ver El Comercio online, luego Gestión,
después un poco de Facebook y con suerte será la hora del almuerzo. Hoy no ha
sido productivo pero no importa, le gusta trabajar bajo estrés y reconoce que
el estrés lo activa. Luego de cuatro semanas de procrastinar a discreción, el
chip de la desesperación se apodera de él, ¡es hora de producir! Con la
velocidad del rayo escribe una y otra página, del todavía incipiente informe.
Dentro de sí mismo piensa “que rico trabajar así, bajo presión… espero que
nadie me llame a joder ahora que soy productivo”. Al minuto siguiente recibe
una llamada de Administración para que reporte el avance de sus proyectos,
cinco minutos más tarde sus amigos lo buscan a conversar “cállense mierda”
quiere decirles “me tengo que concentrar paca acabar esta huevada”. Siete días
después, con el documento listo y unas ojeras que coinciden con la punta de su
nariz, se retira a casa a tomar un bien merecido descanso… “soy de puta madre”
piensa “soy el puto amo”.
http://theruss.net/2107/student-life/procrastination/
Nuestro amigo ambientalista, es uno más en el mar de gente que deja lo
más importante para después; o que en su excesiva confianza, sabe que lo que
debe hacer no le tomará mucho tiempo. El que no haya procrastinado en su
trabajo, que tire la primera piedra. Perder la concentración, en momentos de
trabajo importantes, es bastante común. Es lo mismo que perder la concentración
cuando se estudia para un examen vital y creo que “el problema” empieza desde
muy jóvenes. No voy a tratar de echarle la culpa al sistema, sobre el hábito
que tenemos para procrastinar. Lo que me parece culpable, es haber perdido
nuestro camino, o nunca haber pensado que existe uno. Si perdemos la
concentración, o buscamos excusas para no trabajar, no se trata de que no
estemos dispuestos a hacerlo. El problema está en no haber encontrado aquello
que nos apasiona, eso que mueve nuestra aguja, nos hace amanecernos en euforia
y trasmitir ese sentimiento a los demás.
Conocí el término “PROCRASTINACIÓN”, en el curso de un profesor sobre
Liderazgo Moderno. Inmediatamente sentí culpa, por la cantidad de veces en las
que he perdido el tiempo, por falta de interés en lo que estaba haciendo.
Algunos meses después escuché la charla TED de Tim Urban “En la mente de un
maestro procrastinador”, me sentí identificado con las primeras palabras de la
charla. Sentí además, que no estaba sólo en este mundo, otras personas
compartían esta fea cualidad. Al final de la charla, me percaté que el problema
no está en ser procrastinador, de hecho casi todos los somos en algún aspecto.
El problema real es no ponerle fecha de inicio a la búsqueda de tus sueños.
Les recomiendo la charla, pero también les recomiendo luchar por las
cosas que los apasionan, o que empiecen por descubrirlas. Puede ser que queden
en el camino, pero si no lucharon por su pasión, van a ser como cualquier otra
persona a la que se le apagó la luz y perdió el camino. Creo que la gente
exitosa no es más que eso, alguien que se aferró a su luz y que lucho y luchó
hasta que alcanzó lo que quería. No les voy a decir que es posible ganar todas
las batallas, que el éxito es seguro, o que su empresa va a rendir frutos, lo
que si les aseguro es que van a tener una vida más interesante y completa.
http://invisiblebread.com/2014/07/procrastinator/
Coco, un amigo al que admiro mucho, es un buen ejemplo de alguien que
hace lo que le apasiona. Él es filósofo además de entrenador personal quién con
la misma destreza ha escrito sobre musculación cómo sobre la Filosofía del amor,
que fue su trabajo de tesis para graduarse en el Santo Toribio de Mogrovejo. Antes
del amor, se interesó en la magia negra como tema filosófico. Por si eso fuera
poco Coco estudió también fotografía a nivel profesional. El examen final de su
curso de fotógrafo le presentó el reto de hacer un desnudo y mostrar la belleza
de un cuerpo bastante común. Luego estudió dibujo, aunque no fue muy bueno para
ello, pero con esfuerzo sus trabajos eran aceptables. Aprendió encuadernación y
se volvió maestro encuadernador, por que no le gustaba como quedaban sus libros
antiguos, cuando los llevaba al Jirón Miguel Aljovin en el Cercado de Lima. Se
volvió tan bueno, que personas con bibliotecas personales le confiaban sus tesoros,
para que los trabaje. Yo lo acompañé varias veces a comprar materiales para sus
encuadernaciones, tenía una máquina con todos los moldes de letras y cuchillas,
su taller era el de un artesano enamorado de su trabajo. Aprendió latín para
terminar su carrera de filósofo. Llevó varios cursos e hizo sus propias
traducciones de Platón. No confiaba en las traducciones de otros, les faltaba
algo y él estaba descubriendo qué. Dejé de ver a mi amigo por varios años y
ahora gracias a la magia del Facebook lo veo trepando montañas con colegas y
conocidos y entrenando como siempre. Coco nunca ha dejado de seguir lo que lo
apasiona y es un tipo feliz en esencia… Cocoon un abrazo, si lees este post, ¡te
agradezco por la inspiración!
Mis queridos amigos lectores, sigamos el ejemplo de aquellas personas
que, como Coco, no le pusieron fecha de caducidad a sus sueños. Cada día
preguntémonos, si queremos seguir viviendo de la misma manera, o si hoy toca ir
al cine bar, bicicletear cuesta abajo, hacer deporte de aventura o fotografía
de impacto, ir a aprender marinera con la novia, o el inicio de algo bueno para
asegurar el futuro. Está bien procrastinar de vez en cuando, es de las cosas
más normales del mundo, lo importante es que no llegue a afectar lo esencial en
nuestras vidas… nuestros sueños.
Saludos a todos y agradeceré que nos dejen una historia o un comentario.
TUPAQ
PD: Apujirka me preguntó
si el amigo Coco es de familia adinerada, la respuesta es no. Por el contrario,
es un hombre criado por una madre soltera, por una heroína.
Les dejo en video de
TED de Tim Urban:
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