CRÓNICAS DE COBI

Estimados amigos lectores: 

Mi amigo COBI me escribió un relato el cual quiero compartir con ustedes. 

COBI era el corazón del grupo cuando paraba con mis amigos del centro de Lima. Este relato me ha servido para recordar cosas de la adolescencia. 

Espero que las crónicas de COBI les ayuden en algo a pasar la cuarentena, a mi me ha ayudado bastante. 

Saludos, 

TUPAQ

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Hace mucho tiempo y no estoy siendo nada exagerado - treinta años para hacer más exactos - conocí a mi amigo TUPAQ. Lo recuerdo como si fuera ayer, eran tiempos donde en Panamericana TV había una conocida actriz cómica y bailarina de café teatro, que tuvo la oportunidad de alcanzar la palestra al medio día (obvio la tía GISSE). Fue una tarde de verano a inicios de los años noventa, donde mi mejor amigo Raúl Fernando (que Dios lo guarde en los cielos y nos proteja) nos presentó. Eran épocas de chiquillos babosos, de hacer cualquier estupidez poco razonada que nos causara risa (That´s all). Justo había sido elegido nuestro “querido” presidente Alberto Yukimori (el chinito que por cierto era japonés). Todos se esmeraban por imitarlo, recuerdo que yo hacía una buena imitación y todos mis amigos se reían incluyendo a TUPAQ. En esos tiempos no existía el cable, por lo menos no en los primeros años de esa década de nostalgia y toneladas de humor callejero. Que rica mi generación.

Para nosotros era común caminar por el Jirón de la Unión (JIRONEAR). Empezaba la época de la modernidad, aunque los teléfonos celulares y la posibilidad de hablar ilimitadamente con ellos vino mucho más tarde, años después cuando me dieron mi primer teléfono en el trabajo. Pero regresando a los noventas, como no recordar lo rico de su música, con los grupos B52 (LOVESHACK), Poison (EVERY ROSE HAS ITS THORNS), o los Prisioneros de Chile y su TREN AL SUR, Soda fucking Stero (TE HACEN FALTAN VITAMINAS), porque todos sabemos que el mejor rock en español era el argentino, una pena que ya no haya.

Como recuerdo a mis amigos yendo a mi casa a escuchar música de la radiola. Luego nos contábamos chistes de Miguelito Barraza, que habíamos aprendido de un viejo casete comprado en el cruce de las Avenidas Colmena con Tacna.  Afuera Lima siempre rugiendo como molesta. Luego salíamos a caminar por el centro, a recorrer calles y plazas sin dinero en los bolsillos, pero con mucha curiosidad y alegría. Lima siempre será mi ciudad favorita, sobre todo la que llevo en mis recuerdos paseando con mis amigos TUPAQ y un joven aprendiz cómico (mejor de los que al FONDO HAY SITIO) Enzo.  Caminamos mucho, todo el centro hasta el Barrio Chino, parte de Barrios Altos y nuestro recorrido favorito del centro hasta Miraflores, por la ciclovía de la Avenida Arequipa. Lima estaba creciendo junto al lema del chino “Honradez, Tecnología y Trabajo”.

Luego vinieron los “NO SÉ QUIÉN Y LOS NO SÉ CUÁNTOS”, esos cinco vagos que pusieron de moda en las radios “Las Torres”, que hacía alusión a las bombas que ponían los terroristas para tumbar torres de alta tensión y dejarnos sin luz (un terrorista, dos terroristas…). En el deporte estábamos un poco perdidos (como casi siempre), fue una pena lo que pasó con el Volley en Seúl 1988, Perú debió ser campeón para poder ver a las chicas levantando las banderas junto con sus medallas de oro. En el futbol tuvimos un entrenador de apellido polaco que nos desdibujó el equipo y nos dejó sin base durante muchos años. Tuvimos que dejar de creer en los Leguía, La Rosa, Los Cueto y Los Oblitas.

Lo bello de todo (para nosotros) es que estábamos acabando e colegio, no sabíamos que se venía después pero no nos importaba. La universidad se nos hacía lejana y cercana a la vez, llena de cambios y retos (que rico CSM). Seguro que estábamos preparados para cualquier cosa, éramos resiliente gente de barrio con ganas de comernos el mundo.

Por ahora ha sido suficiente, voy a apagar la televisión e irme a dormir, luego continuaré con este relato de tres partes.

Muchas gracias,

COBI

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PD: Les dejo la cancón de B52 "LOVE SCHACK", van con el POST de todas maneras.