El profesor se para delante de la clase a dictar una sesión más de
Conservación de los Recursos Naturales. Mira a sus alumnos, la mayoría de ellos
con sueño porque son la 8:00 pm y muchos de ellos vienen de trabajar a
estudiar. Afuera de la clase no se escucha nada, solo la leve conversación de
una pareja que se va alejando por el pasillo. El profesor ya tiene más de
cuatro décadas enseñando en esta y otras universidades. Le encanta lo que hace
y aunque no cree ser el mejor, sabe que es diferente y eso lo conforta. Todos
están callados al iniciar la clase. “Ustedes saben ¿cuál va a ser el motivo de
la tercera guerra mundial?” Nadie
responde. “La respuesta es sencilla… el agua…”
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Los años pasan y todavía no ocurre la tercera guerra mundial, pero el
abastecimiento de agua es un problema muy serio y muy real.
Lima, la “hermosa” capital del Perú, es la ciudad más grande del mundo
ubicada en un desierto. Todo sabemos cómo va la historia de Lima, al menos la que
nos cuentan en los colegios, sobre como nuestros antepasados enviaron a los
españoles a Lima para deshacerse de ellos. En la actualidad, según cifras del
INEI (2015), somos 8.9 millones de personas viviendo en la capital y el consumo
de agua promedio para Lima es de 250 l/habitante/día. Algunos habitantes, como
los hermanos de San Isidro y Miraflores consumen 400 l/día, mientras que los
hermanos menos afortunados de los asentamientos humanos no llegan ni a los 50
l/día estipulados por las Naciones Unidas. El
agua en Lima es como la riqueza en Perú, está mal distribuida y es mal
aprovechada.
Desde 1965, la empresa nacional de abastecimiento de agua – hoy SEDAPAL
– viene haciendo esfuerzos para abastecer a la ciudad de Lima y la provincia
constitucional del Callao. Sus esfuerzos están representados por los proyectos
MARCA, que hacen referencia a la laguna Marcapomacocha, en donde se almacena
agua que luego es transportada a Lima y tratada en la Atarjea. Aunque suene
sencillo no lo es, el proyecto MARCA es
un megaproyecto que le ha costado millones a todos los peruanos y que nos va a
seguir constando; ya que está pendiente la construcción de obras
adicionales para asegurar que la demanda de agua de Lima quede cubierta. Se
estima que luego de completado el proyecto, se va a poder abastecer la demanda
de agua hasta el año 2040 sin problemas… entonces ¿Qué va a suceder después?
Hasta la fecha el proyecto MARCA tiene cinco partes. - MARCA I, MARCA
II, MARCA III, MARCA IV y MARCA V - Contamos con un túnel trasandino (MARCA I),
que trae aguas de la laguna Marcapomacocha que se encuentra en la vertiente del
Atlántico, a la vertiente del Pacífico. El gobierno tiene la intención de hacer
un túnel trasandino adicional (MARCA II), - que transporte las aguas captadas
en las lagunas Pomacocha y Huallacocha, - vertiente del Atlántico - pero ha
recibido serias críticas y a pesar de que es necesario la decisión sigue
relegada. El proyecto actual incluye además, la construcción de una planta potabilizadora
en Huachipa y de ramales de distribución para la zona Sur y Norte de Lima,
incluyendo reservorios y obras de interconexión con el sistema de distribución
de SEDAPAL. La inversión es de 600
millones de dólares americanos.
SEDAPAL 2015
Es lamentable que en la red no se pueda encontrar una historia detallada
sobre los Proyectos MARCA y qué contiene cada uno. Para poder entender MARCA
hemos tenido que descifrar con mi amigo y colega Omar M. de qué trataba cada etapa
del proyecto y preparar los mapas. Omar tenía que hacer una exposición en el
trabajo, dirigida a un grupo de estudiantes universitarios extranjeros. Es tan escasa la información que inclusive
en la historia de SEDAPAL - publicada en su página web - se habla muy poco de MARCA,
por lo menos nada de MARCA I, la cual comprende principalmente la
construcción del túnel trasandino. Para ponerlo en contexto, si no existiese
este túnel, no se podría abastecer de agua a la capital.
APUJIRKA escribió hace un poco un post llamado “La Vida se Abre Camino” (se
los recomiendo es muy bueno), donde narra cómo la vida se abre camino, hasta en
las condiciones más adversas. Un día antes de que lo escribiese me comentó cómo
los seres humanos sólo nos preocupamos por el periodo de tiempo que ocupa
nuestras vidas. La racionalidad nos hace egoístas, por ello que nos cuesta
tanto entender el concepto de Desarrollo Sostenible y es que algunos no podemos
ver más allá de dos generaciones (padres e hijos). Si esta despreocupación por
el futuro, la sumamos al hecho de provenir de un país en vías de desarrollo –
donde lo principal todavía es la atención a las necesidades básicas - el
desinterés nos perjudica aún más. Se
agrava tanto que no nos deja ver, que pensar en los próximos 30 años, no es
encontrar la solución al problema.
He pasado años, moviéndome entre empresas, donde nos quejamos sobre nuestra
habilidad de ser bomberos. Somos especialistas en emergencias, especialistas en
poner parches – o suples como decía mi abuelo – especialistas en atacar las
consecuencias, pero nos es demasiado
complejo eliminar los problemas de raíz. Damos la solución a lo inmediato,
pero no miramos más allá. Esta característica hace, que nuestra visión de
futuro, sea muy estrecha. Nos cuesta pensar en un tiempo mayor a la vida de una
persona promedio, por ello 50 años se nos hacen tan lejanos, y 100 años es casi
tiempo geológico. En países desarrollados, esta visión estrecha ha sido
superada y sus planes nacionales son a largo plazo.
Entonces, el proyecto MARCA no
soluciona el verdadero problema del agua. Lima sigue creciendo, ahora exponencialmente y sería una locura seguir
pensando en traer agua de la vertiente del Atlántico a la del Pacífico. Esa no
es la solución. La solución está en buscar desarrollar otros lugares, en no
tener sólo una ciudad más o menos desarrollada en el Perú. La solución está en
la descentralización, pero una que funcione de verdad, no en la payasada que
hemos vivido hasta ahora. Lima sigue siendo la capital del Perú, la ciudad con
– si no me equivoco – el único aeropuerto internacional, la ciudad donde se
encuentra el Gobierno Central, las oficinas principales de todas las
instituciones del Estado, las oficinas principales de todas las empresas y
corporaciones que hay en Perú. Lima es un monstruo mal planificado, que ni
siquiera cuenta con un buen tratamiento de aguas residuales, hay casas donde
tenemos industria manufacturera, los edificios de apartamentos cada vez son más
altos, la ciudad crece hacia arriba, a los costados y ahora hasta por el
subterráneo… y seguimos buscando soluciones de bombero, que cada vez son más
costosas.
Yo soy limeño, amo mi ciudad, aquí viven mis padres. Mi madre es de
Lima. Mis primos viven en Lima. Mi universidad está en Lima. Me gustan las
tardes en el malecón de Barranco y los paseos por el Olivar de San Isidro, mis
hijos lo disfrutan. Me gusta tomar unos tragos y comer en el Queirolo del Centro
y pasear por la plaza San Martín, Jirón de la Unión y Plaza de Armas de día. Me
gusta el Barrio Chino y comer el en San Joy Lau. Crecí caminando por la
Victoria y Barrios altos, cuando todavía se podía visitar sus sitios
históricos. Cada vez que regreso a Lima siento la tranquilidad de estar en
casa, lo he sentido así desde que tengo memoria. Aunque la tachen de horrible –
y en ciertos aspectos lo sea – siempre voy a querer a mi ciudad con un amor
ilógico. Por eso me preocupa temas como
el abastecimiento de agua. Y por eso
es que hay que pensar en soluciones, juntar cabezas y proponer alternativas
interesantes, ¿quién se anima?
TUPAQ
http://patyna127.blogspot.pe/2010/09/cuidemos-el-agua.html
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