¡QUE LINDO PAISAJE!

La ciudad devora el campo. La ciudad crece, esclaviza, absorbe y corrompe la naturaleza. La ciudad...

Mientras, en las remotas tierras orientales,  alejado del caos y la vorágine tecnológica de la globalización industrializante; un oasis de belleza cristalina sobrevive. Un paraíso perdido donde el venado encuentra refugio en los brazos de la Pachamama. Una isla de belleza indescriptible, sagrada, divina...

Pero no solo el grácil antílope transita estos bendecidos parajes, también hay espacio para valientes campesinos que, validando una relación armónica con el ambiente, han decidido habitar nuestro planeta en paz con Gaia y su espíritu...

Ellos no usan dispositivos tecnológicos esclavizantes. No se transportan en vehículos destructores del ecosistema. No utilizan químicos letales en búsqueda de mejores beneficios económicos en la agricultura. No cazan bellos animales. No atentan contra el delicado ecosistema que los rodea; sino al contrario: lo protegen con su propia vida. Es tanta su pasión por su medio ambiente, que extranjeros de diversas nacionalidad acuden a ellos en búsqueda de la misma paz y armonía...

Y entonces. Este oasis cobra vida y despliega toda su grandeza ante nuestros ojos...

Impresionante paisaje dorado que cubre con su manto el espacio entre imponentes colinas. Como si las islas a la deriva flotaran sobre un océano rubio. No es una imagen trucada o un efecto digital. Es simplemente la expresión de un mar de vegetación.  Es simplemente una mar de calzo o canola (Brassica napus var. oleifera) , primo hermano del nabo. ¡¡¡UN CAMPO DE CULTIVOS TRANSGÉNICOS!!!

Dicen que el pecado de todo político es hablar demasiado; hablar tanto que tarde o temprano miente. En el caso de los escritores, escriben tanto que dramatizan. Llenar un articulo de adjetivos, épicas metáforas y exageraciones es como pintar un cuadro, en el que llenamos de colores oscuros y fríos al "malo" de la película ( o al menos a quien queremos que la audiencia identifique como malo) y al bueno lo pintamos de colores cálidos y claros. Así, el ingenuo observador se deja llevar por sus sentidos, enamorar por su corazón y termina aceptando sin chistar la pantomima presentada. Algo parecido ocurre cuando tenemos una postura respecto a un tema y nos dedicamos a escribir sobre ello sin prestar atención a la objetividad y mesura. El apasionamiento es bueno, sobre todo en cuentos y novelas; pero no en información. Noticias, hechos y acontecimientos son relatados con tanto drama y pasión que llenan nuestra mente de caballeros y dragones, de musas frágiles y dantescos villanos. El lector inteligente rápidamente reflexiona y adivina el afán del escritor, analiza el relato y delibera de forma imparcial al respecto, libre de pasiones y fanatismos. Pero ¿el lector promedio?¿aquel que no le interesa el fondo y se vanagloria en la forma? ¿aquel que la flojera domina y prefiere compartir una meme antes de verificarlo?¿aquel que difunde el chisme como cierto sin siquiera averiguar sobre el autor y contexto de la noticia? Simplemente se sube al barco de la fantasía y navega en la corriente de la mediocridad. Grita, exclama, insulta y no resiste discusión alguna pues son hechos de fé, no de razón. Son dogmas sagrados. Ahí del peligro de la falta de educación y de modestia. 

Investiguemos, preguntemos, refutemos, exijamos pruebas. Leamos varias fuentes y escuchemos a todos los actores involucrados. Una opinión no es definitiva, todo es relativo y sujeto al cambio. Formemos nuestras opiniones con información, lógica y modestia. 

Apujirka

PDTA: La idea de este artículo vino a mi mente luego de leer uno sobre el caso de Máxima Acuña. Aún no tengo una opinión al respecto, estoy leyendo toda la información disponible. He viajado demasiado por el Perú como para creer en la bondad o maldad absoluta. Es un artículo bellamente diseñado y prolijo en su edición; una oda prácticamente. Y eso es lo que me genera desconfianza. Revisenlo, es muy interesante: http://etiquetanegra.com.pe/articulos/maxima-acuna-la-dama-de-la-laguna-azul-versus-la-laguna-negra

"El hombre acaricia al caballo, para montarlo" F. Cabral