miércoles, 27 de abril de 2016

SER PROFESIONAL

En el mundo globalizado en que vivimos, acceder a la información es más fácil cada día. A solo un click de distancia, podemos encontrar fechas, datos, leyes, nombres, ejemplos, definiciones, conceptos, imágenes, y más. La gran variedad de información presente en la red es abrumadora, a tal punto que es necesario saber discriminar lo cierto y fiable del resto. Debido a esto mucha información exclusiva de algunos grupos profesionales se ha vuelto de acceso público. En el caso del tema ambiental- del que nos ocupamos - tenemos guías, manuales, bibliografía técnica, instructivos, revistas científicas, normas legales, etc. Es decir, casi cualquier tema sobre ambiental es “googleable” (que no es lo mismo que verídico) y una vez encontrado, se puede guardar una copia en nuestra máquina.

La información literalmente, a un click de distancia

Entonces, ya no es tan difícil acceder a cierta información que antes solo un profesional manejaba. Inclusive dentro de los equipos profesionales, el intercambio de información es mucho más rápido y coordinado pues no hay “números mágicos” entendibles por solo una rama profesional. Y sin embargo, aún con toda la información disponible, todas las técnicas aprendidas y todo el conocimiento especializado; no es suficiente para ser un buen profesional. Entonces ¿Qué se requiere para serlo?

Tal vez por destino, suerte o que se yo (procuro evitar los absolutismos siempre), tuve la oportunidad de acercarme un poco a la respuesta a través de dos ponencias. En la misma semana, fui invitado a dos exposiciones sobre un mismo tema. Los dos eran notables profesionales, con grados y títulos rimbombantes, además de gran experiencia en su campo. En ambas se mostró un amplio dominio sobre los conceptos, técnicas, métodos y normativa. Las dos fueron agradables y bien estructuradas, cumpliendo el tiempo estimado y respondiendo al público con fluidez. Sin embargo, una gran diferencia resaltó. La opinión. Uno de los expositores tenía una opinión crítica (a favor en algunos aspectos y en contra en otros) acerca de la aplicación del tema de exposición, la leyes actuales, los métodos de medición y el análisis respectivo. Uno de ellos tenía una opinión sobre el tema que exponía. Es más, comentaba criterios prácticos para la toma de decisiones y casos reales de su experiencia. He ahí el detalle que hizo toda la diferencia: la opinión.

Un profesional debe tener una opinión formada sobre el tema en que se desarrolla y saber expresarla. Claro está, fundamentada y desnuda de prejuicios. Abierta al debate y la investigación. No somos máquinas automatizadas, diseñadas para acatar órdenes, aplicar algoritmos y obtener resultados (ojo que no es lo mismo un resultado que una respuesta). No somos operadores de ensamblaje instruidos para realizar una sola tarea con eficiencia perfecta. Deberíamos utilizar nuestro criterio – “El sentido común es el menos común de los sentidos” – para innovar, criticar, discutir y crear.  Después de todo, nos encontramos en una era de avasallador auge tecnológico. No dejemos atrás nuestro sentido común. Lo que nos hace profesionales. La sociedad requiere nuestra opinión, nuestra revisión crítica y; los tomadores de decisiones, nuestra asesoría en términos comunes.

Robot autómata a cuerda

Muchos artículos revelan que los trabajos automatizados, con el transcurrir del tiempo, irán desapareciendo. Se reemplazarán a los obreros por robots automatizados. Solo permanecerán en el tiempo aquellos oficios que requieran de la creatividad e inventiva humana. Estamos cada vez más cerca a ese escenario.

Obreros en fábrica de producción en cadena.
En el caso particular de las exposiciones, no he desacreditado al ponente que no opinó. Agradezco la gran enseñanza brindada. Fue solo una exposición, no lo conozco en persona, muchas situaciones podrían ocasionar una exposición así (falta de tiempo, falta de experiencia “en campo”, público objetivo, habilidades de expresión en otros formatos etc.). Sin embargo, conocerlo ha servido para acercarme un poco más a la respuesta a mi gran pregunta: ¿Qué se requiere para ser un buen profesional?

Deben ser muchos aspectos, o tal vez no. Abunda la literatura y “gurús” del tema. Pero esto, como otras cosas, se aprende en “campo”, en la práctica, viviéndolo. Anímense a opinar, a discutir, a criticar, a despertar ese lado científico que todos tenemos. No nos automaticemos. Tenemos mucho por ofrecer.


Apujirka

El humor de Liniers siempre genial.

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