En el mundo globalizado en que
vivimos, acceder a la información es más fácil cada día. A solo un click de distancia, podemos encontrar
fechas, datos, leyes, nombres, ejemplos, definiciones, conceptos, imágenes, y
más. La gran variedad de información presente en la red es abrumadora, a tal
punto que es necesario saber discriminar lo cierto y fiable del resto. Debido a
esto mucha información exclusiva de algunos grupos profesionales se ha vuelto
de acceso público. En el caso del tema ambiental- del que nos ocupamos - tenemos
guías, manuales, bibliografía técnica, instructivos, revistas científicas, normas
legales, etc. Es decir, casi cualquier tema sobre ambiental es “googleable” (que no es lo mismo que
verídico) y una vez encontrado, se puede guardar una copia en nuestra máquina.
La información literalmente, a un click de distancia |
Entonces, ya no es tan difícil
acceder a cierta información que antes solo un profesional manejaba. Inclusive
dentro de los equipos profesionales, el intercambio de información es mucho más
rápido y coordinado pues no hay “números mágicos” entendibles por solo una rama
profesional. Y sin embargo, aún con toda la información disponible, todas las técnicas
aprendidas y todo el conocimiento especializado; no es suficiente para ser un
buen profesional. Entonces ¿Qué se requiere para serlo?
Tal vez por destino, suerte o que
se yo (procuro evitar los absolutismos siempre), tuve la oportunidad de
acercarme un poco a la respuesta a través de dos ponencias. En la misma semana,
fui invitado a dos exposiciones sobre un mismo tema. Los dos eran notables
profesionales, con grados y títulos rimbombantes, además de gran experiencia en
su campo. En ambas se mostró un amplio dominio sobre los conceptos, técnicas,
métodos y normativa. Las dos fueron agradables y bien estructuradas, cumpliendo
el tiempo estimado y respondiendo al público con fluidez. Sin embargo, una gran
diferencia resaltó. La opinión. Uno de los expositores tenía una opinión
crítica (a favor en algunos aspectos y en contra en otros) acerca de la
aplicación del tema de exposición, la leyes actuales, los métodos de medición y
el análisis respectivo. Uno de ellos tenía una opinión sobre el tema que
exponía. Es más, comentaba criterios prácticos para la toma de decisiones y
casos reales de su experiencia. He ahí el detalle que hizo toda la diferencia:
la opinión.
Un profesional debe tener una
opinión formada sobre el tema en que se desarrolla y saber expresarla. Claro
está, fundamentada y desnuda de prejuicios. Abierta al debate y la
investigación. No somos máquinas automatizadas, diseñadas para acatar órdenes,
aplicar algoritmos y obtener resultados (ojo que no es lo mismo un resultado
que una respuesta). No somos operadores de ensamblaje instruidos para realizar
una sola tarea con eficiencia perfecta. Deberíamos utilizar nuestro criterio – “El
sentido común es el menos común de los sentidos” – para innovar, criticar,
discutir y crear. Después de todo, nos
encontramos en una era de avasallador auge tecnológico. No dejemos atrás
nuestro sentido común. Lo que nos hace profesionales. La sociedad requiere
nuestra opinión, nuestra revisión crítica y; los tomadores de decisiones,
nuestra asesoría en términos comunes.
Robot autómata a cuerda |
Muchos artículos revelan que los
trabajos automatizados, con el transcurrir del tiempo, irán desapareciendo. Se
reemplazarán a los obreros por robots automatizados. Solo permanecerán en el
tiempo aquellos oficios que requieran de la creatividad e inventiva humana.
Estamos cada vez más cerca a ese escenario.
Obreros en fábrica de producción en cadena. |
En el caso particular de las
exposiciones, no he desacreditado al ponente que no opinó. Agradezco la gran enseñanza brindada. Fue solo una exposición,
no lo conozco en persona, muchas situaciones podrían ocasionar una exposición
así (falta de tiempo, falta de experiencia “en campo”, público objetivo,
habilidades de expresión en otros formatos etc.). Sin embargo, conocerlo ha
servido para acercarme un poco más a la respuesta a mi gran pregunta: ¿Qué se
requiere para ser un buen profesional?
Deben ser muchos aspectos, o tal
vez no. Abunda la literatura y “gurús” del tema. Pero esto, como otras cosas,
se aprende en “campo”, en la práctica, viviéndolo. Anímense a opinar, a discutir,
a criticar, a despertar ese lado científico que todos tenemos. No nos automaticemos.
Tenemos mucho por ofrecer.
Apujirka
El humor de Liniers siempre genial. |
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